La nanotecnología contribuye a solucionar la problemática ambiental desde la detección y monitoreo de contaminantes en el aire, agua y suelo, hasta en la remediación, mitigación y prevención. En la detección y monitoreo se destacan una variada gama de nanosensores biológicos, electroquímicos, de masa, ópticos y térmicos con posibilidad real de cubrir casi todo el espectro presente y futuro de los contaminantes ambientales. Pueden detectar átomos, células y bacterias. Se fabrican con materiales relativamente fáciles de obtener, su costo es mucho menor comparado con los analizadores tradicionales, presentan una alta sensibilidad, son capaces de detectar concentraciones muy bajas de contaminantes, utilizan poca potencia eléctrica para su funcionamiento y se destacan por su autonomía, portabilidad y durabilidad. Nanosensores para detectar metales pesados en agua (Ej: As, Pb, Hg), gases en la atmósfera (ozono, NOx, CO, CO2) hidrocarburos (tolueno, benceno), pesticidas (glifosato), bacterias (Staphylococcus aureus), toxinas (enterotoxinas), antibióticos (estreptomicina),…constituyen sólo un pequeño ejemplo de la posibilidad casi ilimitada de detección los nanosensores. Instalados en forma estratégica pueden permitir el monitoreo al instante de un pueblo, una ciudad, un país, una región, el continente y el planeta. Decíamos en el artículo “¿Si lo hacemos nosotros?”: …relojes, tablet y teléfonos pueden ser equipados con sensores para permitir a millones de ciudadanos vigilar los contaminantes ambientales e informarlos al instante, durante su recorrido diario, a una súper red….
Los nanosensores nos permitirán hacer un seguimiento fehaciente de las problemáticas ambientales, de la eficiencia en la gestión y de las promesas políticas para cuidar el planeta.